21 de mayo de 2021
La cultura es la flor de la humanidad: es el fruto de nuestra imaginación, el producto de nuestras tradiciones, la expresión de nuestros anhelos. Su diversidad es extraordinaria y forma parte del rico tapiz de la civilización.
La cultura es también una fuerza motriz: da empleo a millones de personas, impulsa el progreso económico, fomenta la cohesión social.
Con el Día Mundial de la Diversidad Cultural se reconoce el enorme potencial de la cultura, el cual también se reconoció al proclamar 2021 Año Internacional de la Economía Creativa para el Desarrollo Sostenible.
No obstante, estas conmemoraciones tienen lugar en un momento difícil para la cultura. La pandemia de COVID-19 ha puesto el mundo del revés y ha conmocionado el sector cultural. En todo el mundo, se han cerrado a cal y canto los museos, las salas de concierto se han quedado sin música, se han apagado los focos de los teatros, se han abandonado los lugares turísticos y se han aparcado otras actividades culturales mientras las sociedades hacen frente a la muerte y la disrupción.
Ahora que hay esperanza, gracias a las vacunas, el mundo debe asegurarse de que en las medidas para la recuperación tras la pandemia se tengan en cuenta las necesidades de las instituciones culturales, las artes y todas las personas que forman parte del sector creativo.
Y, en un momento de odio e intolerancia contagiosos, no solo debemos defender la diversidad, sino invertir en ella. Las sociedades de hoy son multiétnicas, multirreligiosas y multiculturales; eso es una riqueza, no una amenaza. Pero debemos velar por que toda comunidad sienta que se respeta su identidad, su cultura.
Apoyemos la cultura y contribuyamos a su potencial de fomentar el diálogo y el desarrollo en beneficio de todas las personas.