En este momento crítico, marcado por la pandemia de COVID-19, las alianzas entre sectores y generaciones son clave.
La ONU Venezuela unió esfuerzos con La Fundación Sueños Dorados para escuchar las ideas, opiniones y propuestas de 16 adultos mayores acerca de cómo imaginan que será el mundo en 25 años y cómo describirían el futuro que quieren heredar a sus hijos y nietos.
“Esta conversación busca valorizar el conocimiento, experiencia y visión de este grupo para abordar los viejos y nuevos problemas del mundo”, aseveró Peter Grohmann, Coordinador Residente y Humanitario de las Naciones Unidas en Venezuela.
Este diálogo entre ambas organizaciones se llevó a cabo en Las Adjuntas, una zona popular ubicada en el suroeste de la capital venezolana, que es hogar de más de 4400 personas.
Más y mejores oportunidades para todos
Al hacer la pregunta: ¿Cómo imaginan que será el mundo en el año 2045? Los participantes coincidieron en que el acceso universal a la salud y la educación, y la promoción de una mayor consciencia ambiental deberían estar en el tope de las prioridades globales para que en el futuro no representen un desafío para muchos.
“Quisiera que hubiese más participación, más acción para tener una mejor calidad de vida y acceso los servicios básicos, para que de esa forma se pueda disminuir la pobreza extrema”, de acuerdo con Marbelys Romero, miembro de la Fundación Sueños Dorados.
Por otra parte, la reconstrucción de la confianza por parte de los ciudadanos hacia sus gobernantes fue un punto crítico de la conversación.
“Nosotros dentro de 25 años deberíamos tener un avance social, económico y político hacia un mundo mejor”, es la opinión de Alejandro Castillo, comunicador social, ancla de un programa radial comunitario en la localidad de Las Adjuntas.
¿Cuáles son los principales problemas para alcanzar el mundo que queremos en 25 años?
Los tres grandes temas que ocuparon la atención de los participantes fueron, en primer lugar, la pobreza y la desigualdad, seguido por el impacto de las nuevas tecnologías en las sociedades y, por último, el cambio climático.
“Gracias a los avances tecnológicos el mundo probablemente esté mejor, sin embargo, considero que la contaminación ambiental será peor que ahora. Si todos trabajamos con un criterio de saber cuidar y sembrar la tierra, seguramente las cosas mejorarían”, es la opinión de Ana Fermina García.
“Yo aspiro que la calidad de vida de mis nietos sea mucho mejor y que ellos puedan vivir en un planeta más verde”, comenta Rosa Celis.
¿Cómo lo podemos conseguir?
Para Carmen Medina, profesora jubilada y fundadora del proyecto Sueños Dorados, la solución yace en la participación ciudadana organizada: “El mundo de una forma positiva, porque si nosotros construimos día a día, basado en nuestras experiencias, puede ser mejor; siempre fortaleciendo las áreas comunitarias, ya que son una de las áreas principales para que el mundo sea mejor”.
¿Qué le pedirían a las Naciones Unidas, o al Secretario General de Naciones Unidas?
“Brindar mayor atención a las personas de edad avanzada y que sea garante de sus derechos”, expresó Gregorio Pérez, vecino de la localidad y miembro de la Fundación.
“Tomar medidas de cuidado sobre el adulto mayor, además de mejorar el acceso a la educación y procurar que todas y todos tengan acceso a las tecnologías, ya que actualmente hay muchos obstáculos en esa área”, de acuerdo con Ana Fermina.
Los mayores éxitos se producen cuando se integran los conocimientos y las experiencias de nuestros miembros mayores en una conversación más amplia. Asimismo, no podremos avanzar en el camino del desarrollo sostenible a menos que se aproveche el talento de las personas mayores y se protejan sus derechos.
Las opiniones y visiones de estas 16 voces contribuirán a alcanzar un futuro global más sostenible, inclusivo y resiliente en para el centenario de la ONU en el año 2045.