El Día Mundial del Agua de este año, que este año tiene por lema “Valoremos el agua”, nos invita a preguntarnos: ¿qué significa el agua para mí?
El agua tiene un valor profundo y complejo. No hay aspecto del desarrollo sostenible que no dependa fundamentalmente de ella.
Para mí, el agua es sinónimo de protección. Un ciclo del agua bien gestionado, que englobe el agua potable, el saneamiento, la higiene, las aguas residuales, la gobernanza transfronteriza, el medio ambiente y otros aspectos, significa una defensa contra la enfermedad y la indignidad y una respuesta a los desafíos que plantean un clima cambiante y la creciente demanda en todo el planeta.
En este Día Mundial del Agua queremos recabar y comprender el mayor número posible de puntos de vista, de forma que los responsables de la toma de decisiones estén mejor informados y equipados para salvaguardar este derecho humano para todas las personas y todos los fines.
A día de hoy, y de seguir al ritmo actual, no podemos garantizar que, de aquí a 2030, todo el mundo tenga acceso al agua y el saneamiento, como se establece en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6. Aun cuando se han registrado progresos, sería necesario cuadruplicar los avances actuales para lograr el acceso universal al agua.
La ya crónica falta de inversión en agua y saneamiento perjudica a una cantidad ingente de personas. Esto es inaceptable.
La declaración conjunta firmada por unos 160 países durante la reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre el agua, celebrada el 18 de marzo, es para mí motivo de aliento. A través de ella se ha demostrado el fuerte compromiso con la promoción de todos los aspectos relacionados con el agua de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En este Día Mundial del Agua, comprometámonos a intensificar los esfuerzos para valorar de verdad el agua, de modo que todos podamos tener un acceso equitativo a tan preciado recurso.