No es por casualidad que celebramos el Día Internacional de la No Violencia en la fecha del cumpleaños de Mahatma Gandhi.
Para Gandhi, la no violencia, la protesta pacífica, la dignidad y la igualdad no eran solo palabras, sino que representaban un faro cuya luz guiaba a la humanidad, un mapa que la encaminaba hacia un futuro mejor.
Hoy también nos sirven para enfrentar estos tiempos difíciles. Los conflictos y el cambio climático. La pobreza y las desigualdades. La desconfianza y la división. Son situaciones que conviven todas a la sombra de la COVID-19, una pandemia que ha sido devastadora tanto para las personas como para las economías.
La solución a estos desafíos está en nuestras manos: la solidaridad. Hemos de reconocer, como ya lo hizo Gandhi, que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa, y que la paz ofrece el único camino hacia un futuro mejor para todos.
Afrontar los desafíos del mundo de hoy significa unirse en una sola familia humana y comprometerse, como nunca antes, con la paz.
Exhortamos a quienes combaten en todo el mundo a que depongan las armas y se dediquen a derrotar al enemigo común de la humanidad, la COVID-19, y no a pelear entre sí. Necesitamos con urgencia suministrar vacunas y tratamientos que salven vidas y apoyar a los países en el largo camino que tienen por delante hacia la recuperación.
Debemos trabajar con ahínco para reducir las desigualdades y acabar con la pobreza.
Necesitamos un plan de acción mundial audaz para sanar a nuestro planeta.
Y, sobre todo, necesitamos recuperar la confianza en los demás. El odio, la división, el conflicto y la desconfianza prevalecieron en el pasado. Ya es hora de iniciar una nueva era de paz, confianza y tolerancia.
En este Día Internacional de la No Violencia, acojamos el mensaje de paz de Gandhi y pongamos manos a la obra de construir un futuro mejor y más pacífico para todos.