No obstante, esta red está deshaciéndose a una velocidad alarmante, y la culpable es la humanidad.
Estamos contaminando la tierra, los océanos y el agua dulce con sustancias tóxicas, estropeando los paisajes y los ecosistemas y trastocando nuestro preciado clima con emisiones de gases de efecto invernadero. Acabar con la biodiversidad es perjudicial para el desarrollo sostenible en el presente y crea un futuro peligroso e incierto.
El Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal abre una vía para anular las pérdidas y restaurar la biodiversidad y, al mismo tiempo, crear empleo, fomentar la resiliencia e impulsar el desarrollo sostenible.
Los Gobiernos deben llevar la iniciativa, pero, como nos recuerda el lema de este año del Día Internacional de la Diversidad Biológica, todas las personas formamos “parte del Plan”, a todas nos corresponde un cometido. Los Pueblos Indígenas, las empresas, las instituciones financieras, las autoridades locales y regionales, la sociedad civil, las mujeres, la juventud y el mundo académico han de colaborar entre sí para valorar, proteger y restaurar la biodiversidad de manera que redunde en beneficio de todas las personas.
En este Día Internacional de la Diversidad Biológica, comprometámonos a formar parte del Plan. Actuemos con urgencia para encaminar la biodiversidad hacia la recuperación. Y, con miras a la 16ª reunión de la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, que se celebrará en octubre, aumentemos la ambición para proteger el planeta y crear un futuro más sostenible para todos.