Las operaciones humanitarias coordinadas por las Naciones Unidas proporcionaron ayuda vital a más de 140 millones de personas el pasado año.
Los trabajadores humanitarios, en su mayoría personal nacional al servicio de sus propias comunidades, perseveraron a pesar de la brutal violencia.
Siguieron esforzándose por superar todos los obstáculos con miras a ayudar a las personas necesitadas, a pesar de la grave escasez de fondos.
En el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, rendimos homenaje una vez más a su valor, su determinación y su servicio a la humanidad.
Asimismo, reconocemos que honrar a los trabajadores humanitarios no es suficiente.
En 2023 se registró la cifra más alta hasta el momento de muertes de personal humanitario.
En Gaza, en el Sudán y en muchos otros lugares, los trabajadores humanitarios son atacados, asesinados, heridos y secuestrados junto con los civiles a los que apoyan.
Las campañas de desinformación difunden mentiras que se cobran vidas.
El derecho internacional humanitario, que es la ley que protege a los civiles en tiempos de guerra, está siendo ignorado y pisoteado.
El clima de impunidad hace que los perpetradores no teman a la justicia.
Se trata de un fracaso en materia de humanidad, responsabilidad y liderazgo.
En el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, exigimos el fin de los ataques contra los trabajadores humanitarios y contra todos los civiles.
Exigimos que los Gobiernos presionen a todas las partes en conflicto para que protejan a los civiles.
Exigimos el fin de las transferencias de armas a ejércitos y grupos que vulneran el derecho internacional.
Exigimos que se ponga fin a la impunidad, para que los perpetradores se enfrenten a la justicia.
Homenajear a los trabajadores humanitarios no es suficiente.
Todos debemos hacer más para proteger y salvaguardar nuestra humanidad común.