En el Día Internacional de los Afrodescendientes, reconocemos las inmensas y diversas contribuciones de los afrodescendientes a la vasta gama de logros humanos,
El liderazgo, la valentía y el activismo de las personas afrodescendientes han contribuido a subsanar injusticias profundas, salvar vidas, mejorar sociedades y llamar la atención del mundo sobre cuestiones fundamentales. No obstante, persisten los legados intolerables de la esclavitud y el colonialismo. El racismo sistémico está muy extendido y sigue mutando en nuevas formas, incluso en el ámbito de las nuevas tecnologías, donde los algoritmos pueden amplificar la discriminación.
Debemos aprovechar la labor que realizan los afrodescendientes y actuar en todo el mundo para erradicar los flagelos del racismo y la discriminación racial.
En las Naciones Unidas, esta es una tarea prioritaria, por lo que hemos establecido una nueva Oficina Antirracismo, que impulsará la aplicación de nuestro plan estratégico para hacer frente al racismo en el lugar de trabajo. También necesitamos que los Gobiernos asuman la iniciativa y promuevan y apliquen políticas y leyes para encarar el racismo sistémico y garantizar la inclusión. Necesitamos que el sector privado dé un paso adelante, incluso erradicando los sesgos en la tecnología y en otros aspectos de la vida laboral. Y necesitamos abordar los crímenes de la esclavitud mediante una justicia reparadora.
Espero que los Estados, aprovechando los buenos resultados conseguidos en la última década, proclamen un segundo Decenio Internacional de los Afrodescendientes, para contribuir a acelerar los esfuerzos mundiales dirigidos a generar un verdadero cambio.
Juntos, pongamos de nuestra parte para vencer el racismo y la discriminación y construir un mundo de igualdad, oportunidades y justicia para todos.