Recordamos que la única manera de que los países puedan aprovechar el apoyo multilateral y alcanzar la prosperidad común es uniéndose.
La cooperación Sur-Sur no resta responsabilidad a las naciones más ricas de ayudar a corregir las desigualdades a nivel mundial. Tampoco reemplaza a la cooperación Norte-Sur.
Pero las alianzas Sur-Sur, junto con la cooperación triangular, son decisivas para forjar un futuro mejor para todos.
Esas alianzas tienen la capacidad de promover un sistema financiero mundial más justo y más inclusivo que responda a las dificultades con las que se enfrentan los países en desarrollo.
Pueden ayudar a liberar el poder de la digitalización, los datos y las soluciones científicas en pos del desarrollo sostenible.
Pueden ayudar a mejorar la calidad de vida hoy y para las generaciones futuras, aumentar la resiliencia y empoderar a mujeres y jóvenes.
La Cumbre del Futuro, que tendrá lugar en septiembre, es una buena oportunidad para reafirmar nuestro compromiso con la cooperación Sur-Sur y triangular y de abrazar la solidaridad y el apoyo mutuo.
Poniendo en común recursos, conocimientos especializados y experiencia podemos crear un mundo más equitativo para todos.