África alberga la población más joven del mundo y se está convirtiendo rápidamente en un gigante de las energías renovables y la innovación tecnológica.
Aun así, África conserva las cicatrices de injusticias históricas. Los legados de la esclavitud, el colonialismo, el apartheid y el racismo sistémico todavía ensombrecen un presente en el que las desigualdades pertinaces siguen afectando a los africanos y las personas afrodescendientes.
El tema de este año pide que se haga frente a estos legados ignominiosos. Renuevo mi llamamiento a una justicia reparadora fundamentada en la rendición de cuentas, la reconciliación y la equidad.
El Pacto para el Futuro, que se aprobó en septiembre, insta a aumentar la representación africana, sobre todo en el Consejo de Seguridad, y a reformar el sistema financiero internacional a fin de apoyar a los países africanos con financiación y alivio de la deuda. El Pacto, por medio del Pacto Digital Global, también pretende eliminar la brecha digital y promover el uso responsable de las tecnologías de inteligencia artificial.
En un momento en que se están erigiendo barreras, África predica con el ejemplo. La Zona de Libre Comercio Continental Africana promete dar paso a una nueva era de integración económica, abriendo las puertas al empleo, el crecimiento y la prosperidad.
Al mismo tiempo, debemos apoyar las iniciativas africanas para ampliar su sector de la energía limpia, y velar por que los minerales esenciales para la revolución de las energías renovables beneficien, ante todo y sobre todo, a los africanos.
De principio a fin, seguiremos respaldando a África a fin de silenciar las armas, combatir el terrorismo y proteger los derechos humanos para todos.
En este Día de África, renovemos nuestro compromiso no solo de remediar los agravios del pasado, sino también de crear un futuro sostenible para los pueblos de África sobre la base de la paz, la dignidad y oportunidades para todos.