Historia
27 enero 2025
Mujeres indígenas Wayúu tejen sueños por un futuro sostenible
Esta es la tierra del pueblo Wayúu, uno de los 44 grupos indígenas que hacen vida y enriquecen la diversidad y el legado cultural de Venezuela. Los Wayúu son el grupo indígena mayoritario en el país, reconocidos por ser productores de textiles coloridos y de alta calidad que forman parte de una práctica ancestral liderada por mujeres, que las conecta con sus raíces mientras afianza fuertes lazos comunitarios.En La Guajira, debido a múltiples factores socioeconómicos, los medios de vida son escasos, dejando a las personas Wayúu con opciones limitadas para el desarrollo de actividades económicamente productivas. El difícil contexto económico del país, particularmente en esta área remota y de difícil acceso, pone en riesgo la continuidad de la práctica del tejido Wayúu, dado que muchas tejedoras se ven en la necesidad de trasladarse a Colombia en busca de oportunidades laborales. Las limitaciones de mercado para la venta de estos textiles a precios competitivos han puesto a este arte ancestral en riesgo de caer en el olvido. Preservando una tradición para una mejor calidad de vidaPara el pueblo Wayúu preservar su cultura a través del tejido y otras tradiciones que han pasado de generación en generación es esencial para su identidad y forma de vida, particularmente para las mujeres, quienes han mantenido esta tradición por más de dos siglos. Paraguaipoa está ubicada a una distancia de entre 2-3 horas de la ciudad más cercana, Maracaibo. Las opciones de transporte son limitadas y dada la presencia de grupos armados en el área, el tránsito por la zona puede ser peligroso. Con pocas alternativas a nivel local, las mujeres Wayúu se ven obligadas a buscar trabajo en Maracaibo o Colombia. Además de la importancia de la preservación del acervo cultural, la práctica del tejido ofrece una enorme ventaja para las mujeres Wayúu, especialmente para aquellas que son madres, porque les permite generar ingresos trabajando desde casa, sin desatender las tareas del hogar que tradicionalmente realizan.Para promover el aprendizaje y la práctica de este arte ancestral como un medio de vida sostenible en Paraguaipoa, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) dotó con materiales de tejido a 50 mujeres indígenas Wayúu, muchas de ellas mujeres cabezas de hogar, y creó, en conjunto con el Fondo de las Naciones Unidas para las Poblaciones (UNFPA), ONG locales y líderes comunitarios, el primer “Banco de Hilos” de la Península Guajira.Este proyecto, iniciado por ACNUR y desarrollado en alianza con UNFPA, ha servido a las mujeres Wayúu de tres formas.Primero, como centro de recolección y almacenamiento de donaciones de conos de hilos para las tejedoras expertas, que son utilizados durante sus capacitaciones en tejido. Segundo, como un lugar donde ACNUR y UNFPA realizan talleres sobre prevención y respuesta a la violencia basada en género, manejo de negocios y empoderamiento femenino. Tercero, como una plataforma para ayudar a las mujeres Wayúu a que manejen efectivamente las ganancias derivadas de la comercialización de sus textiles, facilitándoles la apertura de cuentas bancarias a través de la alianza que ACNUR selló con Banco Plaza en 2023.Una de las lideresas de este proyecto es Freyla González, una tejedora experta de 72 años, conocida en Paraguaipoa como “la araña”, quien aprendió este arte con su madre y lo transmitió a sus hijos e hijas, nietos y nietas, y a otras mujeres de la comunidad, nos cuenta:“No teníamos máquinas de coser, cosíamos a mano. Yo tengo mucha paciencia, eso es lo que me permite ser una buena maestra”, afirma González. Esta paciencia y entusiasmo sirvieron de inspiración para un grupo de 50 mujeres en su comunidad, quienes, impresionadas por su talento, decidieron tomar lecciones de tejido con ella. Ellas perfeccionaron la técnica y comenzaron a producir textiles como hamacas, bolsos, carteras y sombreros, e iniciaron sus propios negocios.“Al principio, a algunas de ellas les costó un poco comenzar. Pero después, cuando vieron su progreso y los resultados de su trabajo, se disciplinaron mucho, y en un promedio de 15 días, ellas aprendieron”, asegura González.Empoderando a las mujeres WayúuGracias a este apoyo, las mujeres Wayúu en Paraguaipoa están ganando su propio dinero y adquiriendo independencia financiera de sus parejas. Esto las empodera al momento de tomar decisiones en el núcleo familiar y reduce los riesgos de sufrir violencia basada en género motivado al estrés financiero.El Banco de Hilos de Paraguaipoa también funciona como un espacio seguro para las mujeres de la comunidad, un lugar donde ACNUR y UNFPA dictan capacitaciones en temas como prevención y respuesta a la violencia basada en género, buenas prácticas financieras, manejo de negocios, redes sociales y liderazgo comunitario. Para Yuskairy Hernández, una lideresa comunitaria de 25 años y presidenta del Banco de Hilos, los talleres y charlas que Naciones Unidas ha dictado en la comunidad han sido cruciales. “Hemos desarrollado nuevas habilidades y cómo manejar efectivamente nuestros pequeños negocios”, explica. “Gracias al UNFPA, aprendimos a justipreciar el valor de nuestros productos. Entendimos que su calidad y el esfuerzo invertido en la producción de nuestros textiles debe reflejarse en el precio final”.La casa de Yuskairys ha servido como la sede del Banco de Hilos desde que este proyecto inició en 2022. Allí las mujeres se reúnen para intercambiar técnicas de tejido y poner en práctica todo lo que han aprendido durante los talleres que impartieron las entidades de Naciones Unidas, abordando situaciones de violencia basada en género y aconsejando a las sobrevivientes sobre rutas de atención y servicios disponibles. Fortaleciendo alianzas para un futuro sostenibleLas tejedoras Wayúu participan frecuentemente en ferias locales y bazares para vender sus textiles, pero antes del lanzamiento de este proyecto, era difícil para ellas hacer transacciones financieras. Para acabar con esta dificultad, ACNUR estableció una alianza con el Banco Plaza para facilitarles a estas mujeres el acceso a cuentas corrientes y otros servicios financieros.El hecho de estar formalmente bancarizadas representa un incentivo para las tejedoras para expandir la venta de sus productos Wayúu en Venezuela, reduciendo la necesidad de realizar visitas recurrentes a Colombia para vender sus artesanías, previniendo así los riesgos asociados a cruzar la frontera. El Banco de Hilos en Paraguaipoa es un ejemplo de cómo una iniciativa interagencial puede promover el empoderamiento y los derechos de mujeres y niñas, proteger las tradiciones ancestrales de los pueblos indígenas, crear espacios seguros para mujeres, niños y niñas, y acercar al sector privado a las realidades y necesidades de las personas que viven en comunidades remotas en Venezuela. Vea la historia de las mujeres Wayúu y el Banco de Hilos.
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